Thursday, September 21, 2006

WILFRIDO VARGAS: "EL MERENGUE YA NO ES UTIL PARA LA INDUSTRIA DISCOGRAFICA."

SANTO DOMINGO.- El sonido vivo de la trompeta es parte distintiva del merengue, como lo es uno de sus más connotados representantes: Wilfrido Vargas. El veterano músico recién pasó por un proceso judicial frente al compositor Winston Paulino y tras salir victorioso, sus fuerzas están concentradas en concluir una nueva producción musical.

El lunes se le vio con un semblante alegre cuando participó en el concurso musical “Que viva el merengue”, donde recibió un homenaje por parte de sus productores, que le reconocieron sus 30 años en el merengue.

“No era merenguero, escuchaba a Johnny Ventura. Cuando lo escuchaba estaba chiquito en Altamira. Lo que hacía era jazz, pop, rock, tocaba acordeón-piano, luego era un miembro del 14 de Junio y hablaba, haciendo con mi instrumento campañas políticas”, recuerda en sus declaraciones a LISTÍN DIARIO.

El artista también habló sobre la actuación situación de la música dominicana. Rafael Solano dijo que el merengue debió llamarse como tal hasta Johnny Ventura y que en lo adelante si lo iban a cambiar también debieron ponerle otro nombre.

Ante ese criterio Vargas sostiene que “las generaciones no perdonan, cada quien debe ir pasando una antorcha al próximo que viene”.

Opiniones
Luego agrega: “El merengue de acuerdo a lo que dijo Solano, unas acertadas y atrevidas declaraciones, pudo haberse llamado merengue hasta Johnny Ventura; en el momento en el que tú oyes, y me voy a aludir a mí en lo personal, -El Jardinero-, eso no es merengue, eso es tecno, eso es pop, es otra cultura, eso no es folklore, tampoco”.

Entonces, el intérprete de “El africano”, “El barbarazo” y “La medicina” hace una comparación entre la situación del merengue de aquella época y su percepción de estos tiempos. “¿Qué es folklore por definición?, ¿qué es mercancía para el mercado?”, cuestiona y añade: “El merengue es el género revelación de los últimos 25 años, no tiene competencia hasta ese momento. Ahora tenemos competencia y la competencia que tenemos es desigual, ¿a favor de quién?: no puedo decirlo”.

Sin embargo, cree que los dominicanos no están haciendo un merengue competitivo. “Los músicos dominicanos deben entender que la música que estamos haciendo no es competitiva a nivel promocional ni a nivel económico”.

Indica que los mercados han aplastado el merengue como una música analógica que ya no es útil. “Esas son las armas de destrucción masiva que dijo Bush que tenía Sadam. Ya no es útil para la industria, se ve con desdén”.

En ese punto fue inevitable preguntarle, que de ser así, cuál sería el destino final del merengue y si consideraba sus colegas iban por buen camino. Sobre lo primero expresa que lo ideal sería que alguien dijera un “espérate ya desperté” y, sobre lo segundo, es más concreto: “Las personas que te puedo mencionar no las has escuchado mencionar nunca, porque a quienes conoces es a los famosos, los famosos quizás sean los menos comparables”.

Sí afirma que en el país se cuenta con toda la tecnología necesaria para hacer un merengue competitivo. Siendo así, ¿cuál es el problema?: “El merengue necesita patrocinio en todos los apectos”, responde. En este análisis, el ritmo de moda no podía quedarse. El merenguero tiene un punto de vista muy particular: “El reggaetón es una excelente manera de evolución, pero musicalmente no; más bien como sonido; música y sonido son cosas distintas; sonido, tecnología, sorpresas, facilidades, patrocinio, importancia, apuesta, voluntad, eso ha pasado con Daddy Yanquee, eso ha pasado con esa gente que envuelve sumas millonarias a la apuesta de un producto”.

¿Qué si va a pedurar?, se preguntó, y se respondió: “No sé si va a perdurar, lo que sé que no se va es lo que trajo consigo su ropa; quiero decir, con qué se hacen, cuáles son sus módulos, cuáles son esas programaciones; ese concepto no se va”.

En cuanto a la posibilidad de exportar ahora mismo una figura de impacto en el extranjero (tipo Ricky Martin o Shakira), dijo que “aquí no existe la televisión, no existe la confianza, todavía es posible que los dominicanos tengamos una mentalidad aldeana, desde el punto de vista de lo que es la inversión en proyectos artísticos; el dominicano no es que no apoya lo suyo, el dominicano no apuesta a lo suyo”.

Del artista
En 1972 Wilfrido Vargas formaba la orquesta que lo consagraría como artista querido y respetado y de sonoros aportes a la música dominicana. Su propuesta llegó hasta el Festival de Viña del Mar y otros grandes eventos de entonces. Además, fue nominado al Grammy en el año 1991. También fue el primer grupo dominicano en llenar Altos de Chavón. A partir de su primer viaje a París “me convertí en el primer grupo musical -que yo conozca- de mi naturaleza; me gasté un dineral y me traje todos esos aparatos...”

Al hablar de sus composiciones, el ganador del Soberano de los premios Casandra describe su estilo como social. Sin embargo, no se considera un compositor natural, pues a decir de él, el compositor natural es aquel que todo lo puede convertir en canción “y para que a mí me salga una canción tengo que sentarme a escribirla hasta que surja”.

De su faceta como trompetista, explica lo que significa este instrumento en su carrera: “Debo decirte que toqué trompeta cuando muchacho, que me vendí como trompetista y la gente compró ese trompetista; pero que ser trompetista quiere decir vivir de eso. Ser abogado no es haberse graduado, es hacerlo todos los días, yo más nunca he tocado trompeta, pero esa sigue siendo mi arma de reglamento”.

De todas formas, como él mismo dice, “Wilfrido Vargas si no tiene esa trompeta en las manos es posible que ni siquiera le paguen los conciertos”.

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